La gallina ciega es el diario que Max Aub escribió durantesu visita a España desde su exilio en México. En él podemos encontrar susamargas palabras e impresiones sobre la situación de la España de aquel momentoy personajes del mundo de la cultura y la política, que desfilaron por suspáginas con los nombres ocultos para evitar la censura. Es una serie dereflexiones sobre lo que era la España de 1969, lo que era antes y lo quedebería haber sido. En las últimas páginas del libro, el autor explica que el paíshabía «empollado huevos de otra especie» y por eso el libro se llama así. Sabíaperfectamente que su libro no iba a circular por España debido a la censuradurante el franquismo, pero mantiene una pequeña esperanza de que «algunaejemplar se perderá en Sevilla o Bilbao, Valencia o Santander». A pesar de su granpesimismo, a lo largo de su diario español, cuando escriba la introducción,parece que no había perdido por completo su ilusión de que la España que Aubconocía pudiera todavía resucitarse. También en las conclusiones, que escribeen el vuelo de su vuelta a México, dice que no puede ser pesimista porquesiempre hay «una minoría que se da cuenta de lo que sucede en el mundo».
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La gallina ciega es el diario que Max Aub escribió durantesu visita a España desde su exilio en México. En él podemos encontrar susamargas palabras e impresiones sobre la situación de la España de aquel momentoy personajes del mundo de la cultura y la política, que desfilaron por suspáginas con los nombres ocultos para evitar la censura. Es una serie dereflexiones sobre lo que era la España de 1969, lo que era antes y lo quedebería haber sido. En las últimas páginas del libro, el autor explica que el paíshabía «empollado huevos de otra especie» y por eso el libro se llama así. Sabíaperfectamente que su libro no iba a circular por España debido a la censuradurante el franquismo, pero mantiene una pequeña esperanza de que «algunaejemplar se perderá en Sevilla o Bilbao, Valencia o Santander». A pesar de su granpesimismo, a lo largo de su diario español, cuando escriba la introducción,parece que no había perdido por completo su ilusión de que la España que Aubconocía pudiera todavía resucitarse. También en las conclusiones, que escribeen el vuelo de su vuelta a México, dice que no puede ser pesimista porquesiempre hay «una minoría que se da cuenta de lo que sucede en el mundo».