Autora fundamental de la crónica, el microensayo y la literatura del yo, es en Panfleto, sin embargo, donde María Moreno revela el más persistente de sus intereses intelectuales, políticos, literarios y críticos. Publicados a lo largo de cuarenta años en revistas y diarios de circulación y suerte diversa, estos artículos pueden leerse no solo como “cuadernos de aprendizaje”, sino como bitácora de un movimiento que se volvió masivo y como un manifiesto insurgente y solidario. “A finales de los años ochenta y noventa yo me intoxicaba con las importaciones teóricas de las feministas de la nueva izquierda que releían en la estructura de la familia en el capitalismo la sevicia del trabajo invisible, de las estructuralistas de la diferencia que inventaban un Freud a su favor y de las marxistas contra el ascetismo rojo. No leía, volaba. (…) Es decir, escribía animada por lo que iba aprendiendo, relacionando o imaginando que inventaba, sola y exaltada. Porque no recuerdo que supiera quiénes me leían, a quiénes me dirigía”, declara Moreno. Recuperados como corpus, estos textos sobre erótica y feminismo van hoy al encuentro de millones de activistas, de militantes, de rebeldes.
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Autora fundamental de la crónica, el microensayo y la literatura del yo, es en Panfleto, sin embargo, donde María Moreno revela el más persistente de sus intereses intelectuales, políticos, literarios y críticos. Publicados a lo largo de cuarenta años en revistas y diarios de circulación y suerte diversa, estos artículos pueden leerse no solo como “cuadernos de aprendizaje”, sino como bitácora de un movimiento que se volvió masivo y como un manifiesto insurgente y solidario. “A finales de los años ochenta y noventa yo me intoxicaba con las importaciones teóricas de las feministas de la nueva izquierda que releían en la estructura de la familia en el capitalismo la sevicia del trabajo invisible, de las estructuralistas de la diferencia que inventaban un Freud a su favor y de las marxistas contra el ascetismo rojo. No leía, volaba. (…) Es decir, escribía animada por lo que iba aprendiendo, relacionando o imaginando que inventaba, sola y exaltada. Porque no recuerdo que supiera quiénes me leían, a quiénes me dirigía”, declara Moreno. Recuperados como corpus, estos textos sobre erótica y feminismo van hoy al encuentro de millones de activistas, de militantes, de rebeldes.