La provincia de Sevilla fue ocupada muy pronto por los militares golpistas que se sublevaron en julio de 1936. Desde los primeros momentos se llevó a cabo una desmesurada matanza de miles de sevillanos y todavía hoy, transcurridos más de setenta años, es imposible reconstruir en su totalidad las cifras y los nombres de las víctimas. La gran mayoría de ellas ni siquiera fueron inscritas en los libros de defunciones de los registros civiles, sus cuerpos continúan en fosas comunes y los archivos de las comandancias militares, de la policía y de la Guardia Civil siguen sin aparecer. Este trabajo, complicado y siempre inconcluso, con la continua incorporación de nuevas fuentes, testimonios e investigaciones, es una aproximación a la identificación de esas víctimas, aunque también se adentra en la historia del golpe, detallando su evolución en la provincia y los hechos que acontecieron en cada pueblo. Analiza los mecanismos de la represión que se pusieron en marcha, la ideología que la amparó, los bandos y órdenes que se dictaron y las distintas fases en que se desarrolló. La posguerra, las cárceles y el hambre, también son objeto de estudio y definen cómo fueron las bases en las que se asentó la dictadura y que explican su larga duración. Aunque muy inferiores en número, no se olvidan en el texto las víctimas ocasionadas por la violencia izquierdista provocada en respuesta al golpe y a la misma represión de los sublevados. En cualquier caso, como indica su autor, se trata de una obra fruto de un esfuerzo colectivo, en el que la participación durante años de familiares, vecinos, investigadores e historiadores, ha permitido, cada vez más, aproximarse a la terrible verdad del franquismo: sus víctimas.
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La provincia de Sevilla fue ocupada muy pronto por los militares golpistas que se sublevaron en julio de 1936. Desde los primeros momentos se llevó a cabo una desmesurada matanza de miles de sevillanos y todavía hoy, transcurridos más de setenta años, es imposible reconstruir en su totalidad las cifras y los nombres de las víctimas. La gran mayoría de ellas ni siquiera fueron inscritas en los libros de defunciones de los registros civiles, sus cuerpos continúan en fosas comunes y los archivos de las comandancias militares, de la policía y de la Guardia Civil siguen sin aparecer.
Este trabajo, complicado y siempre inconcluso, con la continua incorporación de nuevas fuentes, testimonios e investigaciones, es una aproximación a la identificación de esas víctimas, aunque también se adentra en la historia del golpe, detallando su evolución en la provincia y los hechos que acontecieron en cada pueblo. Analiza los mecanismos de la represión que se pusieron en marcha, la ideología que la amparó, los bandos y órdenes que se dictaron y las distintas fases en que se desarrolló. La posguerra, las cárceles y el hambre, también son objeto de estudio y definen cómo fueron las bases en las que se asentó la dictadura y que explican su larga duración.
Aunque muy inferiores en número, no se olvidan en el texto las víctimas ocasionadas por la violencia izquierdista provocada en respuesta al golpe y a la misma represión de los sublevados. En cualquier caso, como indica su autor, se trata de una obra fruto de un esfuerzo colectivo, en el que la participación durante años de familiares, vecinos, investigadores e historiadores, ha permitido, cada vez más, aproximarse a la terrible verdad del franquismo: sus víctimas.