La libertad de prensa es también una de las principales consignas de la democracia pura. Los obreros saben bien, y los socialistas de todos los países lo han reconocido muchas, pero muchas veces, que esta libertad es una mentira, mientras las mejores imprentas y los más importantes depósitos de papel se encuentren en manos de los capitalistas y mientras subsista la dominación del capital sobre la prensa, dominación que se afianza en el mundo entero de la manera más escandalosa, brutal y cínica, a medida que la democracia y el régimen republicano están mas desarrollados como por ejemplo en América… Para conquistar la igualdad real y verdadera democracia para los trabajadores, para los obreros, y los campesinos, es necesario primeramente despojar al capital de la posibilidad de tomar a su servicio a los escritores, de comprar casas editoras y de corromper a los diarios y, para esto, es necesario acabar con el yugo del capital, derribar a los explotadores, aplastar su resistencia. Los capitalistas han llamado siempre libertad a la libertad de enriquecerse que gozan los ricos, a la libertad de morirse de hambre que tienen los obreros. Los capitalistas llaman libertad de prensa a la libertad de compra que tienen los ricos sobre la prensa, a la libertad de servirse de la riqueza para fabricar y falsificar lo que se llama la opinión pública. Los defensores de la democracia pura, son, en realidad, los defensores del sistema más vil, más corrompido, de manipuleo de los ricos sobre los medios de educación de las masas; engañan al pueblo, desviándolo –con frases estudiadas, bien redondeadas y completamente falsas- de la tarea histórica concreta: sustraer la prensa a la dominación del capital. La libertad y la igualdad verdaderas no aparecerán sino en el régimen que edifican los comunistas y en el cual no existirá ya la posibilidad objetiva de someter, directa ni indirectamente, la prensa al poder del dinero; en el cual será posible a cada trabajador (o a cada grupo de trabajadores, sea cual fuese su nombre), de tener y ejercer el derecho, igual para todos, de utilizar las imprentas públicas y el papel público. (Lenin: Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado, presentados en el 1°congreso de la internacional comunista, el 4 de marzo de 1919)
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La libertad de prensa es también una de las principales consignas de la democracia pura. Los obreros saben bien, y los socialistas de todos los países lo han reconocido muchas, pero muchas veces, que esta libertad es una mentira, mientras las mejores imprentas y los más importantes depósitos de papel se encuentren en manos de los capitalistas y mientras subsista la dominación del capital sobre la prensa, dominación que se afianza en el mundo entero de la manera más escandalosa, brutal y cínica, a medida que la democracia y el régimen republicano están mas desarrollados como por ejemplo en América… Para conquistar la igualdad real y verdadera democracia para los trabajadores, para los obreros, y los campesinos, es necesario primeramente despojar al capital de la posibilidad de tomar a su servicio a los escritores, de comprar casas editoras y de corromper a los diarios y, para esto, es necesario acabar con el yugo del capital, derribar a los explotadores, aplastar su resistencia. Los capitalistas han llamado siempre libertad a la libertad de enriquecerse que gozan los ricos, a la libertad de morirse de hambre que tienen los obreros. Los capitalistas llaman libertad de prensa a la libertad de compra que tienen los ricos sobre la prensa, a la libertad de servirse de la riqueza para fabricar y falsificar lo que se llama la opinión pública. Los defensores de la democracia pura, son, en realidad, los defensores del sistema más vil, más corrompido, de manipuleo de los ricos sobre los medios de educación de las masas; engañan al pueblo, desviándolo –con frases estudiadas, bien redondeadas y completamente falsas- de la tarea histórica concreta: sustraer la prensa a la dominación del capital. La libertad y la igualdad verdaderas no aparecerán sino en el régimen que edifican los comunistas y en el cual no existirá ya la posibilidad objetiva de someter, directa ni indirectamente, la prensa al poder del dinero; en el cual será posible a cada trabajador (o a cada grupo de trabajadores, sea cual fuese su nombre), de tener y ejercer el derecho, igual para todos, de utilizar las imprentas públicas y el papel público. (Lenin: Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado, presentados en el 1°congreso de la internacional comunista, el 4 de marzo de 1919)